Aunque parece bastante obvia esta afirmación,
muchas personas adultas asociamos ambos conceptos.
Para los niños, hacer ejercicio significa,
simplemente, jugar y mantenerse físicamente activos. Y, normalmente, son muy
activos: hacen ejercicio cuando tienen clase de gimnasia en la escuela, si
tienen alguna actividad extraescolar relacionada con el deporte (natación,
baile, fútbol...), y también hacen ejercicio cuando están en el recreo, van en
bicicleta o juegan en el parque.
Sin embargo, hay niños y niñas a los que no les
gusta estas actividades: hacen el ejercicio en la escuela porque si no lo hacen
suspenden, si tienen clases extraescolares deportivas van obligados, se mantienen
en el recreo haciendo actividades sedentarias...
¿Qué podemos hacer para motivarles para que hagan ejercicio?
En general, la mejor manera de motivarles a
realizar ejercicio físico es teniendo un ejemplo a seguir. Los niños y niñas,
desde muy pequeños, aprenden por imitación, y si ven a personas adultas cercanas
practicando algún tipo de actividad física, seguro que acaban viendo como
normal la realización de esta, por lo que estarán más interesados.
Además, podemos acércales a los hábitos
saludables desde muy pequeños con actividades cotidianas, como ir andando al
colegio, siempre que la distancia lo permita, o subir escaleras en lugar de
ascensor.
A la hora de elegir un deporte, debemos fijarnos
si es una persona a la que le gusta trabajar en equipo o prefiere hacerlo de
forma más individual, y de acuerdo con
esto proponerles deportes acorde a sus preferencias.
Si no tienen muy claro qué deportes les gustaría
practicar, lo adecuado en llevarlo a que visualice a directo en qué consiste
cada deporte en los que está interesado. Allí podrá ver si le gusta el deporte
e incluso participar en una sesión. Es una buena idea hablar con la persona que
se encarga de organizar la actividad para que intente ayudarte, enseñándole las
cosas más atractivas del deporte.
Será además más motivador si es un deporte cuyo
material pueda tener a mano y pueda realizar cada vez que quiera con sus
amigos.
Y, por supuesto, debe ser siempre divertido, por lo que no se les debe
obligar a realizar una actividad física en concreto, sino permitirles que sean
ellos y ellas los que decidan qué quieren practicar.
Quizás
tenga que dedicarle tiempo y esfuerzo hasta que su hijo o hija encuentre la
actividad adecuada, esa que le gusta practicar y mantiene en el tiempo. Pero
este es un esfuerzo que su salud necesita, hágalo por él o ella.
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